Tuesday, December 05, 2006

EL HOMBRE QUE YO AMO
(la realidad de mi complejo de Electra)

¿Qué es el complejo de Electra?, según Jung , es “la fijación afectiva de la niña hacia el padre”.



Para los que me conocen no es desconocido que entre mis múltiples fallas mentales (según dicen) , la más grande es mi asumido complejo de Electra , del cual me siento muy orgullosa de vivir.
Todo comenzó desde …bueno supongo desde el día que nací , cuando logre ver el rostro juvenil de mi amado padre , creo que de ahí en adelante comenzó lo que sería un inmenso amor hacia él.
Bueno.¿.y quien es ese inigualable hombre?, el Tito o el chino como le dicen algunos , mi papito , un ser buenísimo , soy conciente de que tiene sus fallas , como son el mal genio, que con el tiempo ha ido limando , pero sin embrago sus virtudes son muchas más que sus fallas.
Mi padre es un hombre responsable , entregado a su familia , el nunca
llega tarde del trabajo , ni sale con amigos , si el va a tomarse un trago lo hace en casa o a lo mas con sus cuñados en su casa , el fútbol , ufff solo por tv , menos mal , por que eso lo hace tenerlo siempre en casa ( sobre todo los días domingo), para mi padre sus hijos aún son sus niñitos , incluida yo que ya soy madre y mi hija fue afectivamente adoptada por él.
Como olvidar su típica canción cuando yo era niña y él me decía “ popiduuuuuuuuu , ¿dónde estas tu?”.
Recuerdo un día cuando entre mis penas le comentaba a mi madre sobre la clase de hombres que hay en nuestros días , y cuando ella me dijo “hombres como tu padre hay uno solo” , ¡¡¡¡Ufff!!! en ese momento pensaba que si pudiera clonar a alguien , esa persona sería mi padre .
Bueno ahora se puede entender por que ciertos amores furtivos han sido mayores que yo , bastante mayores que yo ( 8 años o más) , y por que en todos había alguna característica de mi padre.
Fui criada como princesa y conocí a dos reyes ( mi papito y mi tatita), pero esos reyes no me enseñaron que había príncipes que jamás llegarían a ser reyes …espero algún día a ese rey , a quien les presente y diga “el hombre que yo amo”, y a quien ustedes observen y digan ese hombre, por fin no es tu padre.

En honor a ti mi papito querido.
Tú popidu.

Saturday, December 02, 2006




Esta entrega va especialmente para aquella persona a quien le dije…”sabes? , esta canción me recuerda a ti.”

Artista: Ismael Serrano

Album: Atrapados en Azul

Canción: La extraña pareja

Eran conocidos en las calles del barrio,
conocidos en todos los bares y tabernas.
Él tan alto, tan serio, tan pálido y delgado,
ella morena y frágil, tan graciosa y pequeña.
Él rondaba, más o menos, los cincuenta,
y ella debía tener no más de veinticuatro.
Él daba clases, creo, en alguna academia,
y ella estudiaba, creo, un curso de italiano.
Bebían y se amaban, o eso parecía,
discutían a veces, a veces sonreían,
se besaban y odiaban, pero nadie es perfecto,
el amor es difícil y extraño en estos tiempos.

La noche debilita los corazones,
noches de funeral, de vino y rosas.
Brindemos por el amor y sus fracasos,
quizás podamos escoger nuestra derrota.
El sol limpia las calles, la memoria,
feroces pasiones atenúa.
Invéntate el final de cada historia,
que el amor es eterno mientras dura.

Él entró una noche en el bar de costumbre,
iba vestido todo de riguroso luto,
venía borracho y solo, traía el gesto serio,
y en las manos una corona de difuntos.
Ella le había dejado, nos explicó sereno,
y había decidido considerarla muerta,
y brindar por su olvido y su descanso eterno,
y celebrar su entierro de taberna en taberna.
Así que allá nos fuimos, y para qué contaros:
vasos vinos y risas, alguna vomitona,
abrazos de amistad, eterna aquella noche.
Requiescat y brindemos por ella y su memoria.

La noche debilita los corazones,
noches de funeral, de vino y rosas.
Brindemos por el amor y sus fracasos,
quizás podamos escoger nuestra derrota.
El sol limpia las calles, la memoria,
feroces pasiones atenúa.
Invéntate el final de cada historia,
que el amor es eterno mientras dura.

Al salir de El Almendro ya iba muy borracho,
se desplomó en el asfalto y me incliné a su lado.
Supe que estaba muriéndose de golpe,
dijo algo en mi oído, se deshizo en mis brazos.
Se lo llevó la ambulancia con su corona y todo,
y yo me fui a cumplir con su encargo maldito.
Llegué hasta el bar que él me había indicado
y busqué a la muchacha entre el humo y el ruido.
Por fin la vi, bailaba muy despacio,
refugiada en el cálido pecho de un muchacho.
Le conté, me escuchó, se abrazó a su pareja.
Yo no sé si lloró, no se veía apenas.

La noche debilita los corazones,
noches de funeral, de vino y rosas.
Brindemos por el amor y sus fracasos,
quizás podamos escoger nuestra derrota.
El sol limpia las calles, la memoria,
feroces pasiones atenúa.
Invéntate el final de cada historia,
que el amor es eterno mientras dura.